Aunque en el siglo pasado abundaban ahora se hace mucho mas raro verla. En Villarmentero ha nidificado en la iglesia de Santa Juliana, en uno de lo arboles más altos de lo que llamamos los pinos de Olmos y en construcciones agrarias derruidas, como palomares, casetas de riego y colmenares.
Precisamente en una de esas casetas de riego hundidas, al mirar hacia arriba decubrí casualmente a este pollo de lechuza común, seguramente habría otros dos o tres más en el hueco entre las dos paredes de ladrillo.
Esta rapaz nocturna resulta inconfundible tanto posada como en vuelo, incluso cuando es polluelo se empieza a adivinar su cara con forma de corazón.
La "coruja" como la llaman en algunas zonas de Castilla y León, ha tenido mala prensa, debido a su nocturnidad, aspecto siniestro y ese chillido que emite en vuelo, incluso recuerdo que cuando anidaba en la iglesia las señoras mayores del pueblo decían que se comía la cera de las velas.
Lejos de creencias y leyendas, la lechuza es una voraz cazadora de ratas y ratones, que permite mantener a raya a los roedores cuando son plaga, es más, ahora se ponen muchas cajas de madera en lo alto de postes o de construcciones para facilitar su nidificación y así favorecer su inestimable labor en el control biológico de plagas.

Prueba de la cantidad de ratones y ratas que come es la cantidad de egagropilas (huesos y pelos) que expulsan por el pico y que como puede verse en estas dos imágenes, tomada en el mismo sitio meses después, se acumulan en el nido y en el suelo.
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