Mirlo (Turdus merula)

Aunque no tiene un plumaje variado ni llamativo, el mirlo es un hermoso pájaro negro, que además posee un brillante canto, que destaca en casi todos los jardines sobre el resto de las melodías. Quizás por eso se ha acuñado el término de "mirlo blanco" cuando algo es único e irrepetible.


En  Villarmentero, como en casi todas las partes, esta presente allí donde existe algo de vegetación, preferiblemente de tipo arbustivo. Se le encuentra en parques y jardines particulares, en el río Esgueva y en el monte de los páramos.


Es otra de las especies de aves que, mas o menos recientemente, han conquistado con éxito nuestras ciudades y pueblos.


Es fácil descubrirlo, bien sea por su canto, que sobre todo práctica antes del amanecer en una atalaya muy visible, o cuando es descubierto entre la maleza y huye provocando una escandalera de chillidos y aleteos. Precisamente, e
n otoño, en el monte, es muy frecuente oír movimientos entre las hojas secas, ruidos similares a ratones o conejos moviéndose entre la hojarasca, pero realmente se trata de mirlos.

Se puede confundir con el tordo o estornino, pero si nos fijamos son aves muy distintas. El mirlo es mucho más estilizado, tiene alas y cola mas larga y el cuerpo posado esta tendido en horizontal; mientras el estornino se posa más en vertical, tiene un color negro brillante con irisaciones y suele verse en grupos.

Es un ave poco gregaria, casi siempre esta sola o en pareja, sin otros congéneres. Se diferencia muy bien el macho de la hembra, el primero tiene un color negro lustroso con pico y cordón ocular de un brillante amarillo anaranjado que destaca sobre tanta negrura.

En cambio la hembra es de color pardo oscuro, con pocos rasgos destacables.




Las crías se parecen a las hembras pero con el pecho más jaspeado de gris, negro y blanco.


Suele anidar también en los jardines de las casas, en nidos escondidos entre las ramas, como en este caso en la horquilla de un laurel, y cuando es descubierta la hembra en la incubación, levanta la cabeza intentando mimetizarse con el follaje.


En periodo de cría los dos progenitores se afanan en capturar alimentos blandos, como gusanos, lombrices y orugas, para alimentar a sus pollos.






Es frecuente verlos en en suelo en eras y céspedes, donde hincan su pico en búsqueda de larvas y gusanos, por eso en muchas ocasiones tienen el pico manchado de barro.


También se alimentan de frutos maduros, no solo en los arboles, sino también una vez recogidos, como en la foto siguiente, en la que una manzana apilada en un frutero ha sido picoteada por un mirlo, que incluso ha apartado el paño que la tapaba, demostrando así también su inteligencia, propia de las aves canoras.

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