Como indica su nombre vive entre los carrizos, pero no es tan común como el carricero común o el tordal. Este ejemplar le he fotografiado en el puente de madera del sendero verde, el mas cercano a Villarmentero.
Es difícil observar al carricerín, por sus hábitos retraídos y porque no es un ave residente, únicamente esta presente durante su migración, normalmente postnupcial, sobretodo en el mes de septiembre, que es cuando están tomadas estas fotos. En Europa central es un ave relativamente común y en España suele estar de paso y esta catalogada como "no evaluada" al no tener datos suficientes de su presencia.
Tiene colores muy discretos: marrones, grises, negros..., con la finalidad de pasar desapercibido entre las cañas. Posiblemente el signo más revelador sea su marcada ceja blanca delimitada superior e inferiormente por sendas franjas más oscuras una de ellas a la altura del ojo. Las plumas visibles del dorso, al contrario que los carriceros que son de un marrón claro casi uniforme, tienen tonalidades claras y oscuras, más rojizas y ribeteando sus formas.
Por su carácter tímido y su coloración poco destacada es común descubrir su presencia solo por el canto.
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