Algunas de las aves pertenecientes a la familia de los escribanos se pueden ver en Villarmentero de Esgueva, si bien no son fáciles de observar, porque no abundan y son pájaros tímidos y retraídos.
Resulta curioso de donde proviene el nombre de estas aves, se trata de las manchas que tienen sus huevos, que parece como si tuvieran letras antiguas, como si estuvieran escritos.
Tiene un dibujo facial muy típico, con bandas blancas y negras, pecho gris seguido de un marrón rojizo hacia patas y cola. A menudo se posa en la rama más alta y vistosa para entonar su canto.
También aprovecha para acicalarse posado en las alturas, manejándose con su pico por encima y por debajo de las alas.
Invierno es la estación del año que elige para asomarse a nuestras latitudes, a veces en compañía de pinzones y paros.
Situado a 15 kilometros de Valladolid, en pleno valle Esgueva, Villarmentero es un pueblo con una variada avifauna, que podemos observar tanto en el río como en el páramo, pasando por las tierras de cultivo, el monte, las laderas yesíferas o los almendros de las lindes.
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