El ave más colorida de las que podemos encontrar en Villarmentero de Esgueva, una explosión de color alada, inconfundible se asemeja a un pájaro tropical, no propio de la árida y extrema llanura castellana.
Posee todos los colores posibles, rojo amarillo y azul, sus mezclas, sus tonalidades y degradaciones, no se libra ni el iris de su ojo que es de un intenso carmín.
Es bello por delante:
Y por detrás:
Es muy fácil de ver en primavera y verano, en otoño e invierno migran a latitudes mas cálidas.
Fácilmente reconocible en posaderos visibles, dando una nota de color incluso a aquellos apoyos mas feos, como por ejemplo las alambradas de espino.
También se posan mucho en los cables de la luz, aunque estos estén próximos al pueblo, como en esta ocasión donde un grupo de abejarucos descansan en cables cercanos a Villarmentero y se ve la Iglesia de Santa Juliana al fondo.
Aunque lo más característico son sus colores, por su silueta también es reconocible, en particular la forma de su pico, del cuerpo y la cola.
Sonidos y tonos que también hace de manera repetitiva durante el vuelo.
Su nombre deriva de su sustento, las abejas, que caza al vuelo, siendo en algunas zonas el azote de los apicultores, si bien es cierto que se alimenta de otros muchos insectos voladores, se estima que puede ingerir hasta trescientos tipos de invertebrados, entre los que se encuentran abejorros:
Cigarras:
Y escarabajos, algunos de grandes dimensiones.
Como otras aves posteriormente regurgita egagropilas compuestas por las partes mas duras de los insectos digeridos.
Caricias que también hace durante el apareamiento.
Las familias se reúnen en colonias en ocasiones muy numerosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario